Características

  • Sapo de 5 centímetros, aspecto rechoncho, cabeza grande y hocico redondeado
  • Color gris pardo con manchas verdes, rojizas y negras
  • El macho lleva los huevos en la espalda un mes hasta que nacen los renacuajos
  • Especie vulnerable, protegida
  • De noche salen del agua y saltan por la hierba

Sapo Partero Adulto

Fotografía: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Hábitat

Durante su etapa larvaria necesita masas de agua estable. En la ciudad, con frecuencia son de origen humano, como fuentes, abrevaderos o las canaletas de la Ciudadela.

Siempre que haya agua cerca, puede vivir en espacios diferentes como bosques de montaña, áreas de huertas, zonas bajas de cultivo y ciudades.

Factores de riesgo

La destrucción de puntos de agua y la canalización de arroyos pueden provocar la desaparición del agua que tanto necesitan.
 

Gestión

Las labores de mantenimiento de las canaletas de la Ciudadela se hacen respetando las poblaciones de sapo partero, de tal manera que no se hacen en época de cría, no se elimina barro en el que pudieran estar las larvas y no se tapan huecos de la piedra que utilizan los ejemplares adultos como refugio.

Se han creado espacios verdes en la Ciudadela que sirven de refugio a los sapos cuando salen de las canaletas.
 

Larvas de Sapo Partero

Fotografía: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Espacios refugio en Ciudadela

Son espacios verdes que se desbrozan puntualmente y no a ras como el resto de la vegetación que les rodea. Se ha creado en esta zona porque hay un nivel freático de agua que permite la formación de una pequeña charca rodeada de vegetación.

Con menos desbroce, se favorece la creación de un espacio más naturalizado que además permite refugiarse al sapo partero y esconderse de sus depredadores.
 

Objetivos de los espacios refugio
  • Crear espacios de refugio para el Sapo partero (Alytes obstetricans), especie protegida incluida en el Catálogo nacional de especies amenazadas en la categoría de Interés especial.
  • Favorecer la existencia de especies polinizadoras (abejas, mariposas, escarabajos, etc.), gracias a la presencia de flores de especies autóctonas.
  • Naturalizar los espacios ajardinados con plantas autóctonas son más sostenibles, requieren menos riego y menor mantenimiento.


 

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Fotografía: Sociedad de Ciencias Aranzadi