El Ayuntamiento de Pamplona va a destinar 3,26 millones de euros para atender a personas sin hogar, entre octubre de 2025 y
diciembre de 2026. La Junta de Gobierno Local aprobó el pasado 4 de julio la licitación del contrato de servicios para la gestión del servicio municipal de atención a personas sin hogar y acompañamiento en vivienda con un presupuesto total de 2.954.326,69 euros. A esto hay que sumar los 300.000 euros con los que está dotado el programa Etxebat-familias, adjudicado en enero y ampliado en junio, que tiene capacidad para atender hasta a 20 núcleos familiares. En total, los diferentes programas del Ayuntamiento consolidan 155 plazas estables de atención a familias y personas sin hogar a lo largo de todo el año: 50 en el albergue de Trinitarios, 45 en pisos municipales y 60 en el referido programa Etxebat-familias.
Las principales novedades de estos programas las han explicado en rueda de prensa el concejal delegado de Acción Social, Txema Mauleón Echeverría, y el director del área, Rubén Unanua Ruiz. En conjunto, la planificación de recursos se ve reforzada de manera muy importante en cuanto a recursos humanos, aunque la mayor parte de las novedades radica en el cambio de enfoque metodológico, ya que todos los programas se enfocarán más al arraigo y la inserción socio-laboral de las personas sin hogar, que a la mera atención de la itinerancia.
Un primer lote para gestionar albergue, hoteles y pensiones
El contrato licitado el 4 de julio se divide en tres lotes: la gestión del Centro de atención a personas sin hogar de Trinitarios, que incluye los programas de alojamiento temporal en hoteles y pensiones, acompañamiento en calle y campaña de frío, dotado con 2.539.276,24 euros; el lote 2, de acompañamiento social en vivienda, dotado con 347.983,45 euros; y un tercer lote, para situaciones de emergencia humanitaria, como inundaciones u olas de calor, dotado con 67.067 euros. Los pliegos se han diseñado para que puedan concursar sólo entidades sociales sin ánimo de lucro, primando así el aspecto asistencial frente a criterios economicistas.
El primer lote, referido a la gestión del albergue (50 plazas), se divide en tres programas, de corta, media y larga estancia, con 10, 15 y 25 plazas respectivamente. Es novedoso el programa de media estancia, con un máximo de 2 meses, que antes era solo para personas empadronadas de más de un año. Según ha explicado Mauleón, este programa está pensado para favorecer la atención temprana, evitar la cronificación y procurar una rápida incorporación social y laboral de las personas con itinerarios exitosos de integración.
En este lote, el contrato amplía el personal del albergue y equipo de calle con nuevas figuras, y el refuerzo de otras ya existentes. Así, se contará con una figura educativa de calle más y la figura de mediación intercultural, dados los nuevos perfiles de sinhogarismo, una figura más de trabajo social, se amplía un 25% la de enfermería y un 50% la de psicología, y se crea una figura administrativa. También durante la campaña de frío, cuando las plazas del albergue pasan de 50 a 58, se contará con una figura de seguridad por las noches.
Respecto a este primer lote, es igualmente novedoso que, por primera vez, se saca a licitación el recurso de las estancias en hoteles o pensiones para familias o personas sin hogar, destinado especialmente para situaciones de ola de frío y emergencia habitacional. Se trata de una recomendación que venía haciendo la Cámara de Comptos en aras a la transparencia y la igualdad de oportunidades, que se realiza por primera vez en Pamplona. El máximo que podrá cubrir el Ayuntamiento será de 7.000 pernoctaciones al año.
Otros dos lotes para acompañamiento y situaciones de emergencia
El lote 2 es el referido a recursos para acompañamiento social en vivienda y también es un programa novedoso que se creó por primera vez en julio del año pasado y ahora se amplía para atender a 45 personas. Se trata, según han explicado los responsables del área de Acción Social, de un programa de acogida en pisos de titularidad municipal en los que los que se busca fomentar la convivencia entre los residentes como un paso fundamental para la reinserción tanto social como laboral y la superación de la situación de sinhogarismo. “Si quieres que alguien aprenda a andar en bici tendrá que disponer de una bici; si quieres que alguien abandone la situación de calle, tendrá que tener una vivienda”, han resumido. Este programa contará con 5 profesionales, casi el doble de los actuales.
Respecto al lote 3, el de emergencias humanitarias, Mauleón y Unanua han explicado que también es la primera vez que se licita, pues se trata de un nuevo servicio que se realizó de manera experimental el pasado invierno con Cruz Roja. Dotado con 67.067 euros, este tercer lote se concibe como un refuerzo al personal que atiende a las personas sin hogar en situaciones de emergencia climática, olas de frío o de calor.
Consolidación del programa Etxebat para atender a 20 familias
Al contrato ahora licitado se une, como cuarto pilar de la estrategia municipal contra el sinhogarismo, el programa Etxebat-familias. Dotado con 300.000 euros, fue licitado en enero y ampliado en junio. Está dirigido a familias en situación vulnerable, alojadas en viviendas de emergencia habitacional o en otros recursos transitorios, que disponen de un servicio de acompañamiento que les ayuda a acceder a una vivienda estable y con carácter indefinido.
La capacidad de este servicio se ha fijado en 60 personas pertenecientes a un máximo de 20 familias. El acompañamiento, que será voluntario, no tiene una duración concreta, si bien se calcula que podría ser de alrededor de seis meses, aunque podría prorrogarse si se van cumpliendo los objetivos. En este tiempo, profesionales del ámbito social ayudan y acompañan a las familias a dar pasos encaminados a lograr una autonomía social, emocional, laboral y económica, que les permita dar paso hacia una vida independiente en una vivienda normalizada. Una vez lograda su inclusión, una nueva familia ocupará esa plaza.
También se ofrece información y asesoramiento sobre el acceso a prestaciones e ingresos, a la formación y al empleo, a la realización de trámites burocráticos y la posibilidad de realizar actividades saludables de ocio y tiempo libre.
Nuevo enfoque metodológico: inserción y ‘Housing led’
Pese a la importante dotación económica de estos programas, lo más importante, según los responsables del área, es la renovación de su enfoque metodológico. Un primer cambio se resume en la máxima de primar los programas de arraigo e inserción por encima de la mera atención a la itinerancia. Los primeros pueden dar soporte a personas durante meses, los segundos sólo 6 días al año. “Se pasa de un corte asistencial de pocos días que no resolvía los problemas de sinhogarismo, a uno de media estancia donde la persona puede trabajar durante la estancia más para transitar al acceso de formación, empleo, vivienda o las necesidades particulares que tenga”, explicaban.
El segundo cambio metodológico reside en potenciar, frente a los albergues, la vivienda compartida (Housing Led) que posibilita el acceso de perfiles que en la actualidad no acuden a los albergues porque tienen una estructura de convivencia colectiva que dificulta su adaptación. “La vivienda es flexible en cuanto a horarios, hábitos y rutinas, da un soporte que el centro colectivo no da, e introduce la posibilidad de emancipación en unidades convivenciales en las que se incluye el concepto de copago, por el que los residentes destinan el 25% de sus ingresos a sufragar la vivienda”, explicaba Unanua. “Uno de los componentes que tiene en común las personas sin hogar es la soledad, la recuperación de vínculos es clave para poder salir de esa situación y no recaer. La vivienda es menos estigmatizante que un albergue y ya no digamos que la calle pura y dura”, concluía.