Mañana miércoles 30 por la tarde, en la iglesia de San Lorenzo, tendrá lugar el tradicional vestido de La Dolorosa a cargo de las ‘Camareras de la Hermandad de la Paz y Caridad’, en presencia de los miembros de la Corporación que deseen participar en el rito. Es la preparación de la talla para que participe en la Semana Santa pamplonesa. ‘Nuestra Señora de la Soledad’, es el único paso de propiedad municipal y el más antiguo de la ciudad.
Este año el paso presentará novedades: por un lado, se podrán ver de nuevo con los grandes candelabros de las esquinas, retirados en 2016 para su restauración y su correcto anclaje, y estrenarán iluminación led; por otro se ha confeccionado una nueva toca en seda natural para la imagen replicando, a partir de las fotografías conservadas de esa época, el modelo que llevó desde la creación de la talla en 1883 hasta los años 60. Además, este año el septenario se realizará en la parroquia de San Lorenzo.
Lo previsto es que el 8 de abril, a las 20,45 horas, tenga lugar el traslado de La Dolorosa a la Catedral y su participación el 15 de abril en la Procesión del Santo Entierro para protagonizar esa noche la procesión del Retorno hacia la iglesia de San Lorenzo, el templo en el que la imagen está todo el año. En caso de suspensión de la procesión del Santo Entierro se realiza un vía crucis en el interior de la catedral y se adelanta la hora del retorno. Los miembros de la Corporación que asistan a estos actos de Semana Santa lo harán a título personal ya que ninguno de los tres traslados se consideran actos institucionales del Ayuntamiento de Pamplona.
La talla mide 166 cm. de altura y es obra de Rosendo Nobas i Ballbé (Barcelona,1838-1891), un escultor catalán especializado en imágenes religiosas, retratos y escultura funeraria. El conjunto paso es portado tradicionalmente por cofrades de la Hermandad de la Paz y la Caridad y pesa alrededor de 1,2 Tm, de los que más de 200 kilos corresponden a las torres de velas. Estas últimas se colocaban en los extremos del paso desde que fueron diseñadas por Víctor Eusa en los años 50 del siglo XX, aunque desaparecieron en un momento posterior y no volvieron al paso hasta la última restauración del conjunto, en el año 2000. Según consta en los archivos, la imagen también fue restaurada en 1973 y 1990.
‘Nuestra Señora de la Soledad’ es un bien patrimonial del Consistorio que cedió su uso litúrgico al arzobispado en 2018 mediante un convenio que regula todos lo que tiene que ver con la imagen.
Un nuevo lienzo para enmarcar el rostro
La Dolorosa es una figura humana completa y tiene especialmente talladas cara, manos y pies extremidades, con antebrazos desmontables, aunque estas últimas partes no se aprecian, al encontrarse bajo el manto. La cara de la imagen se ve enmarcada bajo el manto por una toca que este año será sustituida por un nuevo velo en seda natural, replicando el modelo que llevó hasta los años 60 del siglo XX y que se ha recreado a partir de las fotografías conservadas de esa época. El lienzo, de poco más de un metro de largo, lo están confeccionando las Hermanas de la Soledad.
El manto actual también data de aquellos años (1961). Sufragado por suscripción popular con aportación municipal, fue confeccionado por la Madres Adoratrices de Pamplona para sustituir al original, que pertenecía a la Casa Roca y Casadevall y que en su momento costó 9.600 reales. Para salvaguardar telas y bordados y evitar el deterioro del manto, en 2002 se fabricó un impermeable de goretex que se encargan de mantener las Madres Recoletas y se utiliza cuando es preciso en caso de lluvia.
El Ayuntamiento de Pamplona pagó en su momento por la talla alrededor de 500 pesetas, una cantidad que incluía sus piezas en dos entregas, ya que todas las partes de la talla fueron realizadas por separado y ensambladas en un momento posterior, y también incluía el embalaje y transporte de los elementos desde el taller del escultor. Los gastos se sufragaron gracias a la herencia que legó al Consistorio por Sofía Villanueva Armendáriz, pamplonesa residente en Tolosa.
Las torres de velas, vuelven con tecnología led
Como segunda novedad, este año se podrá ver de nuevo el paso con los grandes candelabros de las esquinas, retirados en 2016. El trabajo de restauración ha sido realizado por Art3 Restauración SL y reinstalación con un correcto anclaje de esos elementos lo ha realizado el Ayuntamiento en 2020, pero entonces, en plena pandemia de la COVID-19, no pudo verse.
Cada torreta-faro cuenta con 19 porta velas, lo que supone añadir al conjunto de iluminación 76 velas. Estos elementos ornamentales, instalados en 1951, venían a sustituir otros anteriores de menor tamaño incorporados en 1928 y que pueden verse en las fotografías antiguas. El cambio de tamaño se debió entonces a que el paso con el tiempo fue aumentando su longitud y, para armonizar la proporción de los elementos que lo configuraban, se incrementó el también el tamaño de los candelabros.
Para favorecer la visión de la imagen y su manto, así como para aproximarse más a la concepción original de las andas, las luminarias, de más de 200 kilos, se han colocado sobre unas peanas doradas, réplica de las que llevaban las andas originales diseñadas por Eusa en 1927. Toda la iluminación del paso es ya tecnología led, porque ya en 2016 se cambiaron a ese mismo sistema los focos que iluminan la imagen. En esta intervención se han ejecutado también la reintegración de pequeñas pérdidas volumétricas y cromáticas en el paso (dorado al agua con pan de oro).