
Continúa ese martes 19 de noviembre, el ciclo de actividades de sensibilización para el desarrollo ‘Una Ventana al mundo, formación para la solidaridad’, en este caso con la charla ‘Colombia: mujeres defensoras del territorio’. En el salón de actos se sentarán tres mujeres que pueden dar testimonio de cómo, en su país, quienes defienden a diario sus derechos territoriales y medioambientales son víctimas de violencia, desde amenazas a torturas, violencia sexual e, incluso, de asesinatos. Colombia es, según las estadísticas, el segundo país más peligroso para las personas defensoras del medioambiente y de la tierra.
Las protagonistas serán la Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia 2019, Clemencia Carabalí Rodallega, que trabaja desde la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM); la Jueza del Tribunal de Justicia del Sur de Córdoba Darli Rojas y Marcela Gómez, bióloga e integrante de la organización Censat Agua Viva-Amigos de la Tierra Colombia. Las tres mujeres relatarán sus experiencias personales de lucha y defensa del territorio y de sus derechos en un país que en 2016 puso fin a más de cinco décadas de conflicto interno en el país mediante un Acuerdo Final de Paz que preveía a prevención del riesgo y la protección de personas defensoras de derechos humanos. Sin embargo, tres años después, las cifras desvelan los escasos avances en este ámbito.
Este programa, subvencionado por el Ayuntamiento de Pamplona, está organizado por la Fundación Alboan y Asociación SEI (Servicio Educativo Intercultural). La sesión tendrá lugar en la Casa de la Juventud, a las 19 horas, con entrada libre.
El coste personal del activismo
Solo en el primer trimestre de 2019 se registraron 245 agresiones individuales contra defensores y defensoras de derechos humanos. Y la situación es especialmente preocupante en el caso de las mujeres: 55 han sido asesinadas en los últimos tres años, y solo en el primer trimestre de 2019 los ataques contra ellas han aumentado un 97% respecto al mismo periodo del año anterior. En los tres primeros meses del año, una defensora era asesinada cada dos semanas, según recoge el informe de Oxfam “Defensoras de derechos agrarios, territoriales y medioambientales en Colombia”, de octubre 2019.
Más allá del activismo, en Colombia la vida del común de las mujeres es compleja dentro de una cultura patriarcal muy asentada y en la que existe, además, mucha desigualdad entre personas del mismo género: las mujeres campesinas, indígenas y afrocolombianas sufren doblemente la discriminación. Muchas de ellas viven en zonas alejadas, generalmente empobrecidas, y donde deben proteger sus medios de vida tradicionales de proyectos con una presencia del Estado prácticamente nula.
La economía ‘extractivista’
Colombia se sitúa actualmente como segundo país más peligroso para las personas defensoras del medioambiente y de la tierra, ya que el país, además de gran variedad de flora y fauna, tiene zonas ricas en recursos naturales como petróleo, carbón y oro, a menudo situadas las tierras de comunidades campesinas, y de los pueblos indígenas y afrocolombianos.
La minería es, para los gobiernos colombianos, motor clave en el crecimiento económico. Ese sector es especialmente atractivo para la inversión extranjera directa por lo que el gobierno del país ha puesto en marcha una legislación favorable para la extracción de recursos naturales, ventajosa para la inversión de capital privado nacional y extranjero, y atractiva para la entrada de las multinacionales. En ese marco a las administraciones locales les queda poco margen de gestión de su territorio en virtud para atender las necesidades de las comunidades que representan, que se degradan y empobrecen, además de dañar de forma sustancial el ecosistema.
También es un negocio atractivo para que organizaciones criminales se involucren (están consolidadas en varias regiones mineras del país) y, el debilitamiento institucional que viene del largo conflicto armado y su vínculo con el narcotráfico, ha venido acompañado de una ola de terror contra civiles que tienen un impacto diferente para hombres y mujeres.
Las ponentes
Clemencia Carabalí Rodallega es presidenta y cofundadora de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM). Ha obtenido este año el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia en la categoría “Defensora del año”. Participó en la creación de la Escuela de Mujeres Constructoras de Paz, que ha graduado a dos promociones de lideresas de diferentes consejos comunitarios del norte de Cauca. Carabalí también ha participado de procesos locales de fortalecimiento comunitario y organizativo en el marco de la defensa de derechos colectivos del pueblo afrodescendiente y ha sido partícipe de procesos de defensa y ejercicio del derecho a la consulta previa en distintos municipios.
Darli Rojas es una mujer indígena que ha trabajado como secretaria y coordinadora del Trabajo Social, en el resguardo indígena en el que vive. Actualmente, ejerce como Jueza del Tribunal de Justicia del Sur de Córdoba. Durante seis años, trabajó en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Rojas forma parte del equipo técnico y ambiental de la consulta previa que se realiza con la empresa Cerromatoso, de extracción minera de níquel, cuya área de influencia afecta a la comunidad en la que vive. Representa legalmente a las siete comunidades del área de influencia directa de la mina de Cerromatoso en el proyecto ‘Legado’.
Por su parte Marcela Gómez es bióloga por la Universidad de Caldas e integrante de Censat Agua Viva-Amigos de la Tierra Colombia y coordina un proceso de educación popular ambiental con niñas y niños que viven en contextos de extractivismo, dentro de su organización, en el área de Selvas y Biodiversidad, donde. Asimismo, apoya la implementación de prácticas sustentables y de economías propias, con el fin de fortalecer las alternativas al desarrollo. Gómez forma parte del Colectivo Kumanday, que busca estudiar, cuidar y defender la vida de la alta montaña. El colectivo es una red cercana colaborativa de personas de las áreas del arte, la antropología, la biología, el trabajo social y la filosofía.