El albergue de Jesús y María cierra este martes después de atender, desde el pasado mes de marzo, a 74 personas en situación de alta exclusión

El albergue de Jesús y María cierra este martes después de atender, desde el pasado mes de marzo, a 74 personas en situación de alta exclusión
El Ayuntamiento puso en marcha este recurso asistencial tras decretarse el Estado de Alarma por la Covid-19

albergue de Jesús y María

Un total de 77 días ha permanecido abierto el albergue de Jesús y María como centro de atención a personas sin hogar. Desde que el Ayuntamiento de Pamplona puso en marcha este recurso el pasado 24 de marzo, tras decretarse el Estado de Alarma, hasta hoy martes 9 de junio, que cierra sus puertas, ha atendido a 74 personas en situación de alta exclusión social.
 

Con la llegada a la fase 3 este lunes, que abre más la movilidad de las personas, el Ayuntamiento considera que este recurso ya ha cubierto el fin para el que fue concebido y de ahí su cierre este martes. Desde la entrada en fase 2, hace dos semanas, la mayor parte de las personas pasaban ya más tiempo fuera que dentro del centro. Entonces se comenzó a trabajar en las salidas y las alternativas existentes para poder ir vaciando el recurso ante la posibilidad de su cierre o regreso a las que eran sus funciones habituales como albergue de peregrinos. En estos dos meses y medio no ha habido ningún contagio de las personas alojadas ni de los profesionales que prestaban su actividad.
 

Más de la mitad de esas 74 personas, en concreto 39, procedían de una situación de calle, 9 tuvieron que abandonar pisos compartidos durante el Estado de Alarma, 7 estaban durmiendo en coches o furgonetas, 6 tuvieron que abandonar la vivienda familiar, 6 se encontraban en infravivienda (ruinas, bajeras, trasteros…), 4 en casas ocupadas, 2 venían de prisión y otra persona llegó derivada de la unidad de psiquiatría.
 

Tras su estancia en el centro, 13 personas han sido derivadas a otros recursos para cubrir las necesidades alojamiento y poder continuar los procesos iniciados; 19 finalizaron el proceso marcado, con ingresos para poder acceder a habitaciones en pisos compartidos, pensiones o vivienda familiar; y otras 2 finalizaron ese proceso pero sin ingresos (una volvió a su comunidad de origen y la otra continúa con el seguimiento del equipo de calle y la unidad de barrio una vez que ha logrado el empadronamiento). Otras 16 personas consideraron salir antes de finalizar el proceso de forma voluntaria ante alternativas propias y 14 personas abandonaron el recurso sin explicar a dónde se iban.
 

Reajuste de la atención a personas sin hogar
 

Ante la llegada de la crisis de la Covid-19 y la declaración del Estado de Alarma el 15 de marzo, fue necesarios realizar ajustes en los diferentes recursos sociales de Pamplona. En cuanto a la atención de personas sin hogar, se ajustaron las plazas del albergue de Trinitarios, pasando de 64 a 42 para poder así garantizar la distancia entre las personas alojadas tanto en habitaciones como en espacios comunes y también para generar una zona de aislamiento para posibles casos positivos.
 

La reducción de espacio en el principal recurso de la ciudad y la necesidad de atender a personas que en aquel momento se encontraban en situación de calle, infravivienda (edificios en ruinas, trasteros) o durmiendo en vehículos, hizo necesario ampliar las plazas para darles una respuesta adecuada a través de pensiones u hoteles y con la adaptación del albergue de Jesús y María, con 40 plazas para perfiles de alta exclusión. El objetivo será atender de forma adecuada a esas personas durante el confinamiento y garantizar que no quedaran personas en situación de calle.
 

Valoración del servicio por las propias personas usuarias
 

La semana del 4 al 8 de mayo, de las 37 personas que residían en el centro, 26 aceptaron de forma voluntaria rellenar una breve encuesta sobre la satisfacción de su estancia en el albergue y el impacto que consideraban que habían sufrido por la crisis del coronavirus. Las condiciones de las instalaciones obtuvieron una nota de 4,15 sobre 5; la limpieza un 4,79; la atención recibida 4,4 sobre 5; y las medidas adoptadas por el recurso ante la Covid-19 un 3,86.
 

En otros aspectos vinculados a la crisis, esas personas consideraban que donde más impacto les había supuesto la crisis era en el acceso a la vivienda (1,56 sobre 5) y en lo relativo a lo laboral y formativo (2,04). Valoraban con un 3 el estrés que la crisis les había supuesto y con un 3,5 de media lo bien que estaban llevando la situación generada por la Covid.19 y el confinamiento. Finalmente, valoraban que el albergue les había servido mucho durante esta crisis otorgando al servicio una nota de 4,5 sobre 5.
 

La coordinación técnica del recurso la ha llevado a cabo Xilema, entidad social con una dilatada experiencia en la intervención con personas en situación de exclusión social y adjudicataria del Centro de Personas sin Hogar que el Ayuntamiento de Pamplona tiene en Trinitarios. Los datos de ocupación, la valoración realizada por las personas usuarias, así como los procesos llevados a cabo con la población destinataria, constatan la eficiencia y la oportunidad que este recurso ha supuesto para Pamplona durante la situación de emergencia sanitaria, es por eso, que la valoración que se hace desde el Ayuntamiento ha sido altamente positiva.

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