Pamplona y los sanfermines

Ernest Hemingway y su primera esposa Hadley Richardson (embarazada de su primer hijo) llegan por primera vez a Pamplona el 6 de julio de 1923. Acuden porque la escritora Gertrude Stein les recomienda la ciudad para disfrutar de una segunda luna de miel. En la carta que Hemingway envía el 20 de junio de 1923 a su madre Grace Hall Hemingway le adelanta que Hadley y él se encuentran muy ilusionados por ir a “Pampaluna”. Le explica que saldrán de París el 5 de julio a las 10.30 horas y llegarán a San Sebastián sobre las diez de la noche y al día siguiente partirán hacia “Pampaluna”. Le dice que es una “hermosa y pequeña ciudad situada en Navarra, junto a la frontera francesa”. En las siguientes cartas ya escribe correctamente Pamplona.

Hemingway disfrutó de los Sanfermines en nueve ocasiones: de 1923 a 1927, 1929,  1931, 1953 y 1959. También se tiene constancia de que estuvo en Pamplona el 28 de mayo de 1926 (hizo noche en el viaje de Madrid a Antibes) y el 21 septiembre de 1956 camino a las fiestas de Logroño.

La Guerra Civil, su compromiso con la causa republicana y su oposición a la dictadura franquista le llevaron a ser declarada persona non grata por el dictador y sus libros censurados durante décadas. En 1953 tuvo la oportunidad de volver y lo hizo. Ernest Hemingway tenía muy claro que la felicidad que sentía en Pamplona no la encontraba en ninguna otra parte del mundo.

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Los sanfermines

En Pamplona y en Navarra, Hemingway, su familia y sus amistades encontraron un lugar único en el mundo, que les permitía disfrutar de una fiesta hasta entonces para ellos desconocida. El 6 de julio de 1923, con 24 años, Ernest Hemingway iniciaba en Pamplona un viaje vital que le cambiaría de por vida. 

Al joven escritor en ciernes y periodista ya experimentado le sorprende la manera de ser de las gentes de Pamplona y la alegría de sus calles. La amabilidad y la generosidad de sus habitantes queda reflejada en ‘The Sun Also Rises/Fiesta’ cuando Hemingway pone en boca de Jake Barnes la frase “estos vascos son gente maravillosa”, cuando se montan en un autobús en la plaza del Castillo. 

El 18 de julio de 1923, Hemingway escribe a William D. Horne una carta en la que le explica que “Acabamos de regresar de Pamplona, de la mejor semana de nuestras vidas… de la gran Feria en Pamplona- 5 días de corridas de toros bailando todo el día y toda la noche –música maravillosa- tambores, flautas, pífanos - rostros de los borrachos de Velázquez, y caras del Goya y del Greco, todos los hombres con camisas azules y pañuelos rojos al cuello que parecían volar en círculos mientras bailaban…”.

El 27 de octubre de 1923 Hemingway publica en el Toronto Star Weekly su primer artículo sobre Pamplona, en el que describe las fiestas de San Fermín. “Calles con la locura de un carnaval”. “Loco remolino carnavalesco”. “Ningún carnaval puede compararse con estas fiestas”. En este artículo afirma que “Pamplona es el lugar más divertido que jamás se haya visto”.