“Quintana, el mejor aficionado y el más leal amigo de España, que tenía un hermoso hotel, con todas las habitaciones ocupadas”. Así se refiere Ernest Hemingway en el libro ‘Muerte en la Tarde’ a Juanito Quintana, dueño del Hotel Quintana (Hotel Montoya en la novela ‘The Sun Also Rises/Fiesta’).
En junio de 1924, en Madrid, el crítico taurino Rafael Hernández les había recomendado alojarse en el Hotel Quintana. Ese mismo año traban amistad con Juanito Quintana y se alojan los últimos días de las fiestas de San Fermín de 1924 en su hotel. El Hotel Quintana fue el alojamiento de los Hemingway y sus amistades desde 1925 hasta 1931. Su propietario, Juanito Quintana, fue íntimo amigo de Hemingway; coincidían en su afición a los toros y en su ideología republicana. Al inicio de la Guerra Civil, el Hotel Quintana fue tomado por las tropas golpistas a la República.
Juanito Quintana se encontraba en Mont-de-Marsan y durante unos años se estableció en Biarritz, donde su hermano regentaba un hotel. En 1941 pidió regresar y se estableció en Donostia-San Sebastián. En 1953, según dice A.E. Hotchner en ‘Papa Hemingway’, Hemingway se reencuentra en San Sebastián con “su viejo amigo” Juanito Quintana y regresan juntos a Pamplona.
Peter Viertel en ‘Dangerous friends’ explica que en 1953 Hemingway, que acababa de llegar a San Juan de Luz, recibió la llamada de Juanito Quintana, “su mejor amigo en Pamplona, quizá el mejor de toda España”. También relata cómo las ideas republicanas de Juanito Quintana hicieron que su hotel cayera en manos franquistas y acabara cerrado.
La amistad de Ernest Hemingway y Juanito Quintana queda patente en una carta que el escritor envía el 23 de marzo de 1927 a su editor pidiéndole que envíe un ejemplar de la novela ‘The Sun Also Rises/Fiesta’, publicada apenas seis meses antes, a Don Juan Quintana, dándole la dirección: Hotel Quintana, Pamplona. El 17 de junio de 1927 Juanito Quintana le responde a Hemingway dándole las gracias y diciéndole que “me ha gustado mucho la novela. Me figuro que el personaje que tiene el nombre Montoya debe ser Juanito Quintana, ¿verdad que sí?”.
Desde la habitación que le había reservado Juanito Quintana en 1927, Hemingway escribe una de sus pocas cartas en castellano que se conservan. Se la dirige al pintor Waldo Peirce, con quien disfrutó las fiestas de 1927, y en ella le avisa de que se ha divorciado de su primera esposa y que este año en Pamplona conocerá a Pauline Pfeiffer.
Información práctica
Dirección: Plaza del Castillo, 18. 31001 Pamplona - Iruña
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