El de Ernest Hemingway (Oak Park, Illinois, EEUU, 1899 – Ketchum, Idaho, EEUU, 1961) se puede decir que es un caso único en la historia de la literatura. El del escritor que muerto hace ya casi sesenta años se ha convertido en una industria cultural y también turística, o viceversa. Todos los años se realiza algún audiovisual bien sobre alguna de sus obras o bien sobre su propia vida. Series de televisión, películas de ficción, biopics, documentales, etc, lo convierten en un autor mediático y popular, quizás el mayor de todos los tiempos. De hecho, estamos ante un icono cultural. Ante un Premio Nobel y un Premio Pulitzer. Ante el escritor que protagonizó el punto de inflexión de la literatura anglosajona.
Ernest Miller Hemingway nació el 21 de julio de 1899, en Oak Park, Illinois, un barrio de Chicago. Fue el cuarto de cinco hijos. Su padre, Clarence Edmonds Hemingway, que acabó suicidándose, era médico; su madre, Grace Hall Hemingway, era músico. Ambos eran protestantes congregacionalistas. La familia tenía una casa de verano en Wallon Lake, cerca de Petoskey, Michigan. Allí su padre le enseñó, siendo un niño de cuatro años, a cazar, pescar y acampar en los bosques y los lagos del norte del estado. Sus primeras experiencias en la naturaleza inculcaron la pasión por la aventura al aire libre y la vida en zonas remotas o aisladas. Dos pasiones que mantuvo hasta el final de sus días.
Desde 1913 hasta 1917, Hemingway asistió a la escuela secundaria, a la Oak Park and River Forest High School, donde participó en varios deportes tales como boxeo, atletismo, waterpolo y fútbol americano. La afición al boxeo y a la natación las mantuvo casi de por vida. En la escuela destacó en lengua inglesa y en literatura. En 1918, durante la Primera Guerra Mundial, se ofrece voluntario como conductor de ambulancias de la Cruz Roja en Italia. El 7 de julio fue gravemente herido por fuego de mortero. Vuelve a Estados Unidos en enero de 1919. Sin buscarlo, nunca cursó estudios universitarios, le ofrecen trabajo en el ‘Toronto Star Weekly’. A finales de 1921 acepta ser corresponsal extranjero del periódico y, con su primera esposa Hadley Richardson, viaja al desbordante París de los años 1920, el lugar en el que surgieron las vanguardias culturales entre las que convivió Hemingway. Y Europa se convierte en una inagotable fuente de inspiración para el joven periodista aspirante a escritor.
Con la publicación de ‘The Sun Also Rises/Fiesta’ el 22 de octubre de 1926, el nombre de Ernest Hemingway se instala definitivamente entre los grandes escritores estadounidenses. En 1929 publicó ‘Adiós a las armas’, su novela sobre la Primera Guerra Mundial; en 1937 ‘Tener y no tener’; y en 1940 ‘Por quién doblan las campanas’, la novela sobre la Guerra Civil. En 1950 llega ‘Al otro lado del río y entre los árboles’, la novela sobre la Segunda Guerra Mundial y en 1952 ‘El viejo y el mar’, obra por la que obtuvo el Premio Pulitzer. En 1954 recibió el Premio Nobel de literatura. Tras su muerte se publicaron ‘Islands in the Stream’, ‘El jardín del Edén’ y ‘Al romper el alba’. Además, Hemingway está considerado como uno de los mejores escritores de cuentos y relatos de todos los tiempos y como uno de los mejores periodistas corresponsales de guerra del siglo XX.
La industria cinematográfica estadounidense se fijó muy pronto en las obras de Hemingway y la mayoría de ellas, protagonizadas por las grandes estrellas de Hollywood, se convirtieron en grandes éxitos internacionales.
Como dice Sandra Spanier, profesora de la Universidad del Estado de Pennsylvania y editora del proyecto ‘Hemingway Letters’, Hemingway “es más que un escritor, es un icono cultural”.