
Vivo frente al caserío más antiguo de Bizkaia, que tiene más de 700 años, puerta con puerta. O frente a las piedras y vigas caídas que quedan de él. Las contiendas entre las últimas generaciones de mi familia dejaron que este caserío de 1.800 metros cuadrados se convirtiera en un objeto arqueológico. Y es que, cuando un caserío se detiene, comienza a derrumbarse. Por suerte, conservamos unos documentos para reproducir las acciones: las herramientas de trabajo. Estas herramientas nos llevan a reflexionar sobre la nostalgia del trabajo: nuestros ancestros eran la acción pura que mantenía el caserío en pie, eran trabajo.
Inscripción
010, red Civivox o www.pamplonaescultura.es
LOCALIZACIÓN
NOTA: El Ayto. de Pamplona no se responsabiliza de los datos referentes a otras entidades.